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La fêmme de nulle part. Delluc. L´inhumaine. 1923. L´Herbier La chute de la maison Usher . 1928. Epstein La souriante madame Beudet. 1923. Dulac Ballet mecanique. Leger Un chien andalou, 1928. BuñuelLa pasión de Juana De Arco Paris qui dort, 1923. Clair
La Escuela Impresionista

Tras la guerra y frente a la hegemonía alcanzada por el cine americano, se hace necesario volver a levantar la industria cinematográfica francesa. En este sentido destaca la labor realizada por un grupo de artistas con una profunda formación intelectual, encabezados por Louis Delluc, teórico, crítico y fundador de varias revistas que, a partir de 1920, se pasa a la dirección. Influido por el cine norteamericano y más por el sueco, opta por un cine psicológico, que intenta librar a la imagen de la materia, mostrando visualmente el pensamiento, el alma de los personajes.

En torno a Delluc, surge un grupo de artistas, próximos en su afán innovador y vanguardista, que rechaza el cine como una mercancía para las masas. Es la Escuela Impresionista en la que destacan: Marcel L'Herbier (cuya aportación más destacable es la estilización que imprime a los decorados de fuerte influencia cubista y expresionista), Abel Gance y Jean Epstein que sorprende con la sutileza de su inteligencia en la captación de la realidad social

La Escuela impresionista cuenta con un nutrido grupo de estudiosos y teóricos, habituales de los Cine-Clubs, término creado por Louis Delluc, fundador además del primero de la historia, en 1920.

A la organización e impulso de los cine-clubs contribuye Germaine Dulac, teórica formada en varias artes, que comienza en 1915 con películas convencionales, pero que será la iniciadora del cine avant-garde (lo que hará Maya Deren 30 años después en EEUU) con películas que aspiran a la abstracción y que dan más espacio a los sentimientos y a los sueños. En 1927 hace la primera película surrealista de la Historia del cine.

Otro teórico, el italiano afincado en París Riccioto Canudo, empleará por primera vez la expresión "Séptimo Arte", en 1914, en su Manifiesto de las siete artes.


Movimientos Vanguardistas

En el seno de este ambiente inquieto e intelectual, surgirán a partir de 1920, las primeras vanguardias cinematográficas que, dentro de la senda abierta por los impresionistas, buscarán formas de expresión más osadas y provocativas. Primero adoptarán la forma de la abstracción y el geometrismo pero, a partir del manifiesto de André Bretón, el cine experimental francés incorpora la revolución estética del movimiento surrealista. Una de las aportacionaciones más brillantes al movimiento es la realizada por el español Luis Buñuel, que en 1925 llega a París, y tan sólo 3 años después dirige su primer film, Un perro andaluz (Un chien andalou), una obra fiel al ideario surrealista, producida en colaboración con Salvador Dalí. En 1930, Buñuel dirige La edad de oro (Láge d´or), otro hito surrealista.

Junto a Buñuel, son muchos los artistas extranjeros que irán a París. Destaca el danés Carl Theodor Dreyer que realiza en 1928 La pasión de Juana de Arco (La passion de Jeanne d´Arc), una obra clásica del cine mudo, construida con primeros planos dramáticos, y modelo por la sobriedad en el tratamiento de los hechos. Las versiones a las que podemos acceder son variaciones de la original que se destruyó.

También en estos años, el cineasta brasileño Alberto Calvacanti realiza una obra importante, en la que ya se vislumbra la vocación documentalista del autor que, a partir de 1934, habrá de integrarse en la célebre escuela documentalista inglesa.

Además, destacan durante los años 20 Jean Renoir y René Clair . Si bien Renoir realiza sus mejores trabajos con la llegada del cine sonoro, la obra muda de Clair sí que resulta muy representativa del cine francés de estos años. Sus primeras películas se inscriben dentro del vanguardismo cinematográfico, pero a partir de 1927, con la adaptación al cine del vodevil Un sombreo de paja de Italia (Un chapeau de paille d´Italie) la obra de Clair adopta un inofensivo carácter satírico, con el que retrata a la sociedad burguesa de su tiempo. A partir de este momento, Clair desarrolla un talento especial para el tratamieno de la farsa, a través de la caricatura, fría y calculada, de una época y de sus tipos.

Capítulo 11: "Movimientos" (10´) Un perro andaluz.