El Toque Británico versus Hollywood |
 |
La industria británica sufre
las consecuencias de la crisis del sector, tal vez en mayor medida
que el resto de las cinematografías europeas, debido a la
afinidad idiomática y cultural existente con EEUU. A ello
se debe también que los realizadores británicos encuentren
una mayor facilidad para integrarse en la industria de Hollywood.
De hecho, muchos de los miembros del Free Cinema, como Tony
Richardson, Karel Reisz o John Schlesinger, abandonan el país,
a finales de los años 60 y durante los 70, para probar fortuna
en Hollywood. A ellos se une Ken Russell,
el más controvertido cineasta británico del momento,
que realiza para la industria norteamericana numerosas películas,
entre ellas, un polémico retrato de las obsesiones sexuales
del americano medio en La pasión
de China Blue (Crimes of Passion,
1984).
Sin embargo, el cine británico
se recupera mejor que el de otros países. Curiosamente, el
californiano James Ivory desarrolla
aquí su obra de inspiración literaria. Una
habitación con vistas (A room
with a View, 1986) y Lo que queda
del día (The remains of the
day, 1993) son películas de autor con un cuidadoso
tratamiento de la psicología de los personajes y de la descripción
de ambientes de época.
El escritor y director Neil Jordan muestra su talento en la extraordinariamente intensa e inteligente Mona Lisa (1986) y en la emocionante El juego de lágrimas (The
crying game, 1992).
Stephen Frears dirige con gran talento
la enigmática y cínica Las
amistades peligrosas (Dangerous liaisons,
1988), una versión subversiva de la obra de teatro de Christopher
Hampton basada en la novela de Choderlos de Laclos.
Otras reconstrucciones de época son A
passage to India (1984) de David Lean , y Ghandi (1982) de Richard
Attenboroug, pero son de una categoría más
comercial.
El director que más éxito y premios consigue es Mike
Newell con Enchanted April (1993)
y Cuatro bodas y un funeral (Four
Weddings and a funeral, 1994).
Tradición Realista |
 |
Roland Joffé
hace un drama de guerra, emocionante y excepcional, con Los
gritos del silencio (The killing
fields, 1984) lleno de violencia y fuerza en sus imágenes,
con la cámara y el montaje buenísimos. El responsable
de la cámara es Chris Menges,
uno de los directores de fotografía mejores del mundo, que
a su vez dirige A World Appart (1988),
sobre el racismo en África del Sur, y Second
Best (1993).
Terence Davies dirige en 1988 la magnífica
Distant Voices, Still lives, una
película autobiográfica, críptica y envolvente.
Peter Medak con la magistral biografía
de gansteres The Krays (1990) hace
un retrato sagaz e inteligente del mundo violento de los criminales
Kemp en Londres. Es memorable el uso creativo de los actores más
famosos en los papeles secundarios.
En estos años aparece un cine-social
crítico con el sistema socio-político británico.En
este ámbito, Stephen Frears
realiza películas importantes, como Mi
hermosa lavandería (My beautiful
launderette, 1985), retrato de la comunidad pakistaní
en Londres, y la encantadora Café
irlandés (The snapper,
1993), que analiza la situación de la mujer en el seno de
la clase media-baja en Irlanda.
Más comprometido es el independiente Ken
Loach que hace un cine-denuncia sobre el mundo de la marginación
con Agenda oculta (Hidden
Agenda, 1990), Riff-Raff (1991), Raining Stones, (1993) y Lady
Bird, Lady Bird (1994). En 1995 realiza una coproducción
con España, Tierra y Libertad,
una aproximación a la guerra civil española.
Mike Leight
consigue en sus películas, como Naked
(1993) y Secrets and Lies (1996),
un fuerte sentido de intimidad, indagando en las relaciones privadas
de los personajes que viven unas situaciones sociales muy actuales.
Es un maestro en conseguir hitos cinematográficos, trabajando
estrechamente con los actores desde la preproducción.
Alternativas |
 |
Derek Jarman
es un director raro y alternativo, con películas sobre
temas clásicos del pasado o de la Historia de la Pintura,
con un toque homosexual, como The Tempest
(1979), Caravaggio (1985) y
Edward II (1991). Su última
película Blue (1993) es profundamente
experimental, abstracta e inusual.
Sally Potter dirige un film ambicioso,
casi experimental, pero muy pretencioso, Orlando (1993), una visión particular de la obra de Wirginia Woolf.
El pintor, matemático y filósofo Peter
Greenaway se convierte en un cineasta de culto, elitista
y minoritario con películas como El
contrato del dibujante (The draughtman´s
contract, 1982), El vientre del arquitecto (The belly of an arquitect, 1987), El cocinero, el ladrón, su mujer
y su amante (The cook, the thief,
his wife and her lover, 1989) y The
pillow book (1995). En el 2002 inicia un trabajo multimedia
ambicioso, The Tulse Luper suitcases,
con el que pretende renovar el medio, combinando los nuevos lenguajes
mediáticos, cine, tv, internet, dvd, cd-rom y libro.
 |
Capítulo 6: Tierra y Libertad.
Capítulo 10: La Misión. |
|
|