En este período hay países con sistemas políticos sin conflictos y con cinematografías con un desarrollo estable, y hay países con dificultades y convulsiones, pero con cinematografías emergentes. En general, en todos ellos se incorporan las innovaciones de estilo y narrativa anteriores, y se abandonan las pautas de las instituciones para tratar en los relatos temas y personajes extraídos de la realidad cotidiana, en lucha con las condiciones de vida derivadas de las transiciones sociales y políticas en unos países, o con las consecuencias de los sistemas industrializados y tecnificados en otros.
Debido a la poca distribución, no es un cine fácil de ver, pero en todo caso, igual que ocurre con todo el buen cine, merece la pena seguirle la pista.
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