Animar a leer |
El objeto de este bloque es esbozar el contexto en el que
se han de desarrollar los programas y actividades de promoción
de la lectura, destacar la importancia de la planificación y hacer
hincapié en la idea de proceso que ha de guiar este trabajo. Respecto
a las técnicas y herramientas que pueden utilizarse como apoyo
y base de las dinámicas a seguir, insistimos en la necesidad de
determinar su correcto uso, advirtiendo acerca del peligro de que puedan
cobrar de por sí un protagonismo que, como medios y no fines en
sí mismas, nunca se les debe otorgar.
Bajo este punto de vista se ofrece un amplio abanico de actividades que
pretende servir de orientación para el desarrollo de programas
de promoción de la lectura desde la biblioteca escolar.
Contrariamente a lo que puede suponerse, la lectura es hoy esencial e imprescindible. El ejercicio de la lectura determina no sólo el acceso a los bienes culturales sino también el normal desenvolvimiento del individuo en su que hacer cotidiano y el uso pleno de sus derechos sociales, políticos o como consumidor. Hoy más que nunca es necesario estar preparado para poder asimilar la cantidad de mensajes que a diario se reciben, ser capaz de comprenderlos y analizarlos y poder dar una respuesta crítica.
Paradójicamente, cuando la sociedad ha alcanzado sus más altas cotas de alfabetización, gran número de personas engrosan la bolsa del analfabetismo funcional, es decir, saben leer pero no practican la lectura o lo hacen de un modo parcial y tienen graves carencias en la comprensión de los textos.
Por otra parte, estas deficiencias de comprensión y la utilización de la lectura como una simple técnica de desciframiento, son la base del fenómeno del fracaso escolar y alimentan el crecimiento de nuevos grupos de marginación social.La escuela tiene un gran aliado en la biblioteca escolar como proyecto común del centro educativo, para responder a las necesidades que sobre la lectura tiene el individuo, poniendo a los alumnos en múltiples situaciones de lectura, donde leer no se limite al mero aprendizaje de unas técnicas de desciframiento.
El verdadero sentido del trabajo de promoción de la lectura en la biblioteca escolar consiste en dar respuesta a esta pregunta, en dar sentido al esfuerzo del alumnado en su proceso de aprendizaje de la lectura y en posibilitar el salto cualitativo desde el saber leer, garantizado por una educación de base, hacia el querer leer.
Esta perspectiva confiere al trabajo de estimulación del hábito de la lectura una idea de proceso que ha de iniciarse en las edades más tempranas, y en el que deben estar comprometidas la familia, la escuela y la biblioteca.
En este proceso, íntimamente ligado al desarrollo afectivo, intelectual y social del niño, el libro le aporta información sobre el entorno y sobre sí mismo, debiendo procurar que la lectura esté en estrecho contacto con su experiencia vital. Leer es hoy un acto complejo y que no se limita sólo al libro; hay que capacitar al lector para que sepa interpretar y ser crítico con todos los mensajes, sean del tipo que sean .
Indudablemente hoy se lee más y hay más necesidad de leer, pero también existe mayor peligro de sucumbir ante tantos estímulos . Hoy más que nunca se necesitan lectores críticos, capaces de discriminar y seleccionar. El papel de la biblioteca escolar debe ser entonces despertar y cultivar el deseo y el gusto por la lectura, contrarrestando y compensando las desigualdades de acceso al libro y a la información.
"El verbo leer no soporta el imperativo. Aversión
que comparte con otros verbos: el verbo "amar" el verbo "soñar"...
Claro que siempre se puede intentar. Adelante: "¡Ámame!"
"¡Sueña!" "¡Lee!" "¡Lee! ¡Pero lee de una
vez, te ordeno que leas, caramba!"
- ¡Sube a tu cuarto y lee! ¿Resultado?
Ninguno. Se ha dormido sobre el libro. La ventana, de repente, se
le ha antojado inmensamente abierta sobre algo deseable.
Y es por ahí por donde ha huido para escapar al libro, pero es
un sueño vigilante: el libro sigue abierto delante de él.
Por poco que abramos la puerta de su habitación le encontraremos
sentado ante su mesa, formalmente ocupado en leer.
Aunque hayamos subido a hurtadillas, desde la superficie de su sueño
nos habrá oído llegar
. ¿Qué, te gusta?
No nos dirá que no, sería un delito de lesa majestad.
El libro es sagrado, ¿cómo es posible que a uno no le guste
leer? No, nos dirá que las descripciones son demasiado largas."1
"Gratuito. Así es como él lo entendía.
Un regalo. Un momento fuera de los momentos. Incondicional. La historia
nocturna le liberaba del peso del día. Soltaba sus amarras. Se
iba con el viento, inmensamente aligerado, y el viento era nuestra voz.
Como precio de este viaje, no se le pedía nada, ni un céntimo,
no se le exigía la menor contrapartida. Ni siquiera era un premio.
(¡Ah, los premios..., los premios había que ganárselos!)
Aquí, todo ocurría en el país de la gratuidad. La
gratuidad, que es la única moneda del arte."2
Desde este punto de vista, la lectura no ha de estar marcada con el estigma
de la obligación, ni contrapuesta a otras actividades y esferas
del ocio. El libro se ha de situar dentro de un conjunto de opciones,
en estrecha relación con otras expresiones y manifestaciones culturales.
Aparentemente, las premisas formuladas pueden verse en contradicción con la labor académica del centro educativo, con la necesidad de transmitir al alumno unos conocimientos y la obligación de cumplir un programa, pero nada más falso y artificial. Asumir la opción de libertad de acceso al libro y respetar la gratuidad de la lectura no despoja ni empobrece las competencias académicas de la escuela respecto a la lectura, más bien las enriquece y favorece una relación más firme y sólida entre el lector y el libro.
La biblioteca escolar aporta el equilibrio necesario entre intereses que aparentemente pueden verse en pugna, ofreciendo una variada colección, así como espacios y momentos que aseguren el respeto al proceso lector de cada uno de los niños que se inician en la lectura.
La labor de la biblioteca escolar, en coordinación con el conjunto de la comunidad educativa, ha de hacer frente también a una serie de prejuicios y de actitudes negativas hacia el libro y la lectura muy extendidos entre el alumnado:
A estas actitudes se suman otras barreras que hay que vencer y compensar, como las malas experiencias y la falta de autoestima de los niños que se sienten rechazados por el libro o la falta de estímulo en el entorno familiar, obstáculos que han de ser salvados para poder despertar en cada uno de los alumnos el gusto y el placer de leer, en primer lugar, para uno mismo.
En muchos casos padres y docentes actúan también de freno, primando la lectura como fuente de conocimientos frente a la lectura personal y provocando así una actitud negativa hacia ella.
La dinamización de la biblioteca escolar comprende la planificación y desarrollo de programas y actividades de promoción de la lectura que intenten despertar en cada niño deseos de leer, capacitarles para abordar todo tipo de textos: informativos, científicos, literarios, etc. y les permita el poder encarar múltiples situaciones de lectura:
![]() |
El listado precedente aporta una interesante y clara radiografía
del concepto que implica el verbo animar. El conjunto de verbos utilizados
denota un eminente carácter activo, que en principio se dirige
al niño en forma de estímulos externos (vg. mostrar, estimular)
y que busca, en segundo término, la propia respuesta activa de
éste (vg. crear, compartir). Del conjunto de términos presentados
se desprende también otro aspecto fundamental en la labor de promoción
de la lectura: la idea de proceso.
Animar es algo más que desarrollar simples estrategias con los
libros y en absoluto se puede limitar a un conjunto de acciones aisladas.
Se trata de descubrir con los alumnos la sensibilidad literaria, de cultivar
el gusto y el placer de leer. Esta meta solo se conseguirá a través
de un proceso gradual y continuado que se inicia con un primer encuentro,
un primer contacto entre el lenguaje, el libro y el niño, que ha
de procurarse sea positivo y que se ha de iniciar en edades tempranas.
Este primer encuentro determinará en gran medida
el resto de la andadura. Seguirá luego una segunda fase marcada
por propuestas creativas en torno al libro y las palabras, que ponen en
contacto la lectura con otras formas de expresión: escritura, plástica,
oralidad, teatro, imagen, etc., donde se muestra, estimula, y provoca...
Todo ello gira en torno a un núcleo central definido por la creación
de situaciones de comunicación:
"Si queremos que nuestros niños lean, y que lean de verdad buenos libros, es preciso comenzar por nosotros mismos, dándonos el tiempo de leer.
Es necesario que nuestro placer al leer se manifieste
en nuestros actos, en nuestra vida. Si los niños nos oyen hablar
de tal o cual libro que nos ha gustado, y si ese placer es real y en cierta
manera tangible, está fuera de dudas que el niño nos imitará
y se pondrá a leer. El camino más corto entre el niño
y el libro pasa por la expresión, por su expresión. Debemos
pues, animar al niño a expresarse, valorar sus esfuerzos por hablar,
ponerle en situaciones de comunicación."3
Este proceso, que parte del descubrimiento
de las letras, del juego con el lenguaje y que pasa por la socialización
de la lectura, tiene que concluir en el asentamiento de la relación
íntima y personal entre el niño y el libro, relación
que la biblioteca tiene la obligación de apoyar y enriquecer.
Volviendo a la relación de partida, existen una
serie de términos ligados a la animación que refuerzan esta
idea de continuidad y que los bibliotecarios escolares han de tener muy
presentes, tanto en su ánimo de iniciar en la lectura a aquellos
alumnos que nunca han leído como en su labor de profundización
y enriquecimiento del hábito lector de los que ya han emprendido
el camino.
Dicha labor de continuidad tiene que ir acompañada por una actitud
que busque acompañar, alimentar, sustentar, alentar, mantener...
"Es, en un principio, el buen lector que seguiría siendo si los adultos que lo rodean alimentaran su entusiasmo en lugar de poner a prueba su competencia, si estimularan su deseo de aprender en lugar de imponerle el deber de recitar, si le acompañaran en su esfuerzo sin contentarse con esperarle a la vuelta de la esquina, si consintieran en perder tardes en lugar de intentar ganar tiempo, si hicieran vibrar el presente sin blandir la amenaza del futuro, si se negaran a convertir en dura tarea lo que era un placer, si alimentaran este placer hasta que se transmutara en deber, si sustentaran este deber en la gratuidad de cualquier aprendizaje cultural, y recuperaran ellos mismos el placer de esta gratuidad."4
![]() |
La labor de animación a la lectura en la biblioteca escolar consistirá, pues, en un conjunto de acciones tendentes a favorecer el acercamiento del alumnado a los libros y asegurar su crecimiento lector. Es importante que estas acciones se inserten en un proyecto de lectura asumido y apoyado por toda la comunidad escolar y que respondan a un proceso de planificación y revisión periódica.
A modo de ilustración se presentan a continuación los elementos que deben tenerse en cuenta a la hora de elaborar un programa de promoción de la lectura desde la biblioteca escolar. Este programa deberá estar recogido en el Proyecto Educativo del Centro para garantizar la continuidad del mismo.
![]() |
Los cuatro bloques que siguen pretenden mostrar un amplio abanico de posibilidades de acción de la biblioteca escolar en su labor de promoción de la lectura.Es difícil ofrecer una clasificación de las actividades de animación a la lectura puesto que están interrelacionadas y habitualmente no se dan de manera aislada, sino que aparecen mezcladas según el tipo de trabajo que se realice y el carácter de la programación en la que se incluyan.
Se ha optado por agruparlas en torno a cuatro núcleos para facilitar su presentación:
3.1.- Animar a leer desde el libro.
3.2.- Animar a leer desde la escritura.
3.3.- Animar a leer desde la oralidad.
3.4.- Animar a leer desde otros medios.
El libro ocupa un lugar protagonista en la biblioteca escolar aunque comparta su espacio con otros soportes lectores. La colección de libros debe configurarse a partir de una buena selección de títulos, tanto de ficción como informativos, temas y autores, analizando previamente las necesidades e intereses del centro escolar.
Sin embargo, una biblioteca bien organizada y estructurada, con una colección excelente, no garantiza el aprovechamiento de sus fondos por parte de los alumnos.
Es necesario favorecer el acercamiento entre libros y lectores, descubrirles las posibilidades de utilización de los diferentes modos de lectura. Por eso, con una responsabilidad pedagógica mayor que la de otras bibliotecas (públicas, municipales, etc.), la biblioteca escolar debe dinamizar estos fondos a partir de diversas acciones dirigidas a captar usuarios y formarlos como lectores.
Se trata de favorecer en los alumnos el desarrollo de sus competencias como "lectores polivalentes", es decir, formar lectores que no sean meros consumidores de libros, sino sujetos capaces de variar sus modos de lectura de acuerdo a sus intereses y necesidades. Es importante que desde sus primeros años los niños y niñas tengan, antes incluso de aprender a leer, la oportunidad de establecer una relación afectiva con los cuentos. Esta relación se inicia con la narración oral y la lectura en voz alta. Más tarde, es necesario favorecer un encuentro más personal con el libro en el que el lector descubre sus gustos y desarrolla habilidades en relación con los textos.
Este proceso complejo no se consigue de forma espontánea sino que precisa de adultos mediadores que ayuden a los niños y jóvenes a desarrollar una práctica reflexiva de la lectura y a descubrir sus "recompensas"5:
"Si está escrito por un verdadero entusiasta, un libro permitirá
al lector comprender por qué hay gente dedicada al estudio del
leopardo, del DNA, del traje victoriano, de las plantas alpinas o de cualquier
cosa.
Si está escrito por un autor perspicaz y preocupado, un cuento
o una novela permitirán al lector que no sólo comprenda
sino que simpatice con las personas que son diferentes o que se encuentran
en situaciones o circunstancias distintas.
El lector siente como si fuera miembro de un grupo minoritario, como si
viviera en tiempo de guerra o como si fuera disminuido, como si estuviese
enamorado sin esperanza o como si estuviese intimidado en la escuela."
La biblioteca escolar, espacio "democratizador" por excelencia, es el lugar ideal para desarrollar y enriquecer el camino lector de todos los escolares. La literatura infantil y juvenil ofrece unas posibilidades muy favorables en el desarrollo de esta afición pues tiene en cuenta los intereses de los niños y jóvenes de hoy, así como sus capacidades para acceder a los textos, según las diferentes edades.
Así, las actividades que se plantean en este apartado se ofrecen como propuestas para ser llevadas a cabo en la biblioteca del centro y establecer ese contacto básico y necesario de los lectores con los libros.
PARTIR DE...
|
PARA...
|
Una oferta variada
de libros (géneros, autores, temas...). |
Que todos los alumnos
descubran posibilidades de lectura. |
La libertad de elección
de lecturas. |
Favorecer el criterio
propio en la elección y definir sus gustos particulares. |
El respeto de los
ritmos de lectura. |
Evitar fracasos
e integrar a todo tipo de lectores. |
La presencia constante
de los libros en las actividades de animación. |
Garantizar los objetivos
de la animación. |
Englobar las propuestas
de actividad dentro de un proyecto lector. |
Implicar en la tarea
de lectura a toda la comunidad educativa |
No se trata, por tanto, de organizar actividades espectaculares sino de establecer verdaderos proyectos bien planificados que ayuden a los niños y jóvenes a desarrollar destrezas y aficiones lectoras.
La actividad plantea un contacto real entre los libros y los lectores dentro del espacio de la biblioteca. Dar a conocer una amplia variedad de libros a los alumnos supone ayudarles a descubrir que hay posibilidades para todos los gustos e intereses.
Por otra parte, en muchos casos esta actividad despierta en los niños y niñas la curiosidad por conocer temas nuevos. Perfectamente ordenados en las estanterías, los libros pueden convertirse en objetos anónimos que no llaman la atención de los posibles lectores.
Cuando los alumnos acuden a al biblioteca del Centro se encuentran perdidos ante montones de volúmenes que no tienen significación para ellos. Por eso, la presentación de algunos libros a partir de la explicación sobre los contenidos hace que el lector encuentre razones para leerlos o para rechazarlos en favor de otro más interesante para él.
Así, los libros adquieren un sentido a través de la descripción de sus rasgos y características. La persona que realiza esta exposición debe contagiar a los alumnos su entusiasmo por las lecturas seleccionadas.
![]() |
![]() |
![]() |
Fases del proceso de presentación
de libros
|
|
1. Seleccionar libros. Explicar los criterios
utilizados para la selección.
|
|
2. Leer los libros seleccionados.
|
|
3. Presentar los libros a los alumnos.
|
|
4. Permitir un contacto personal de los niños
y jóvenes con los libros.
|
|
5. Posteriormente a la lectura: pedir opinión
sobre los libros presentados en la biblioteca
|
|
Estas actividades favorecen la lectura como comunicación permitiendo
la confrontación de criterios.
Para conseguir estos resultados debemos insistir en la importancia que
tiene el proponer lecturas variadas, combinando libros de ficción,
cómics, libros informativos, etc., buscar la pluralidad de intereses
lectores y favorecer su enriquecimiento, pues es necesario utilizar diversas
estrategias de interpretación para acceder a los diferentes tipos
de texto.
Las guías de lectura son listados de libros que se seleccionan desde la biblioteca y que ofrecen una propuesta de calidad a los lectores. En principio, estas guías permanecen en la biblioteca pero también pueden ser enviadas a las aulas o a las familias.
Se convierten así en materiales que difunden y extienden las recomendaciones de la biblioteca fuera de ésta. (Pueden ser enviadas también a centros culturales, asociaciones, hospitales, etc.).
![]() |
Contenidos | Ejemplos |
|
(Buscar temas de interés para el centro escolar o temas de moda o actualidad) |
|
|
|
|
|
|
Las guías de lectura deben
tener un atractivo estético pues su función es hacer publicidad
de los libros, invitar a los lectores a sentirse atraídos por ellos.
Se pueden realizar en imprenta con mayor calidad gráfica o se puede
optar por la fotocopia si el presupuesto es escaso. En cualquier caso,
es importante que estén muy claros los contenidos, que no sean
excesivos para no abrumar con demasiada información y que presenten
una oferta de cierta calidad.
El proceso de elaboración puede hacerse consultando los catálogos de las editoriales, los listados bibliográficos que publican algunas instituciones y acudiendo a las bibliotecas públicas.
Estos materiales tienen sentido en sí mismos, pero adquieren mayor fuerza si se realizan junto a una actividad de animación, con una exposición o acompañando un taller. De esta forma, despertamos con mayores garantías el interés de los lectores por los libros que se ofrecen en la guía.
Son grupos de niños o jóvenes que se reúnen periódicamente en la biblioteca para comentar sus lecturas e intercambiar sus opiniones. Con estas actividades se favorece la creación de una "comunidad de lectores" (término utilizado por la profesora Teresa Colomer), es decir, que la lectura reúne a un grupo de individuos a partir del conocimiento común de un autor, un tema o un hecho literario compartido.
Esta dimensión de la lectura como un placer que no sólo se disfruta en soledad sino que favorece la comunicación con el grupo, es uno de los aspectos más gratos y enriquecedores que aportan estos clubs de lectura a los niños y jóvenes participantes. Se llevan a cabo desde hace años en algunas bibliotecas públicas, como, por ejemplo, la de Clamart, en París.6 Las recomendaciones de los adultos les llegan en muchos casos con la dificultad que se deriva de la diferencia de intereses, propuestas y gustos.
Por tanto, resulta fundamental el favorecer una vía de información horizontal, entre iguales. Esta es una de las razones por las que surgen en las bibliotecas los clubs de lectores que, asesorados por el bibliotecario, exponen a los demás su opinión sobre los libros que previamente han leído. El hecho de tener que presentar los libros a los demás les descubre el aspecto utilitario, comprenden que su aportación ayudará y estimulará a otros, aprendiendo a valorar las opiniones del grupo. En muchas ocasiones el club de lectores tiene un espacio propio donde expresar opiniones y comentarios, mediante diferentes posibilidades de comunicación que trascienden la propia biblioteca (programa de radio, revista escolar, etc.).
EJEMPLOS
|
OBJETIVOS
|
|
|
Pueden participar diferentes niveles con distintas responsabilidades. |
|
(En un mural en la biblioteca) |
|
![]() |
![]() |
Todas las actividades que se explican en este apartado no son propuestas aisladas sino que se relacionan entre sí, pues en muchos casos persiguen los mismos fines.
Además, se enriquecen con nuevos aspectos ya que se necesitan conocimientos que van más allá de lo literario, por ejemplo, en el caso de la realización de un programa de radio, de un periódico, etc. Por otra parte, estos soportes resultan muy motivadores para los alumnos.
El hecho de establecer un contacto personal con un autor tiene un atractivo importante, al que no somos ajenos los adultos. Una persona tan especial, con una profesión que tiene algo de mágico, se acerca al mundo cotidiano de los lectores para desvelar sus rasgos humanos. La atracción y la curiosidad por conocer qué se esconde detrás de estos personajes impacta siempre.
![]() |
Los encuentros de los alumnos con autores de literatura infantil y juvenil se proyectan desde la biblioteca escolar para hacer que , en ocasiones, ésta sea foro de debate sobre la lectura, favoreciendo el intercambio de experiencias entre escritor y lectores. Esta actividad ayuda a los alumnos a interesarse por el acto de escribir y les invita a descubrir sus posibilidades creativas. Los lectores desmitifican así la profesión de escritor considerándola más cercana, más real.
Por otra parte, una lectura exhaustiva del mismo autor permite a los alumnos adivinar las claves que presiden su obra, conocer un estilo propio de escribir y establecer comparaciones con otros autores.
Para alcanzar un resultado positivo los educadores deben hacer una lectura de la obra del autor que van a presentar a los alumnos, recibiendo previamente del responsable de la biblioteca del centro documentación sobre el escritor y su producción literaria. A continuación, se preparan las actividades de motivación que intenten despertar el interés de los alumnos por alguno, al menos, de los libros. Proponemos aquí dinámicas divertidas que permiten al alumno elegir con libertad el libro que más le interese dentro de la obra del autor y decidir su propio ritmo de lectura. Dos ejemplos son:
Encuentro en la biblioteca con Andreu Martín.
Experiencia en una escuela con Roald Dahl.
En algunos casos, cuando el centro escolar no cuenta con un presupuesto para acometer el gasto de la estancia del autor, las editoriales pueden colaborar económicamente. Sin embargo, hay que establecer claramente algunos requisitos imprescindibles, como el que no se utilicen estos encuentros como medio para vender libros, ofrecer toda la obra del autor y, algo muy importante, reunir para estos encuentros a pequeños grupos con el fin de favorecer un verdadero intercambio de experiencias y opiniones.
Muchas veces los adultos que organizamos estas charlas nos preocupamos por la cantidad de preguntas obvias, muy parecidas siempre, que los chicos hacen a los autores. No olvidemos que se trata de curiosidades que para ellos tienen sentido. No obstante, la preparación previa de la lectura de los libros y una reflexión en clase ayudarán a los alumnos a profundizar en sus preguntas y el encuentro resultará más enriquecedor para todos.
Libro-fórum:
Es necesario que la biblioteca escolar tenga vida, que se convierta en un espacio para la comunicación. Ésta puede darse en varias direcciones:
Modos de comunicación:
Lector <<
Libro Lector <<
Otros lectores Adultos (Bibliotecarios,
profesores) << Lectores
En este sentido, en muchas bibliotecas se realiza
una actividad denominada Libro-Fórum, que engloba todas
estas posibilidades comunicativas que surgen a partir de la lectura
común de un libro.
![]() |
Se propone el título elegido al grupo de alumnos teniendo siempre en cuenta los intereses y experiencias de los lectores.
Pasado el tiempo adecuado para su lectura, se establece una fecha de reunión donde se realiza la exposición del libro por parte del grupo.
Estos alumnos deben ser informados previamente sobre algunas pautas que han de observar. Durante el debate el bibliotecario participa como moderador, no imponiendo criterios propios sino facilitando que sean los alumnos los que lleguen por sí mismos al análisis de los contenidos.
Esta actividad no debe organizarse de manera aislada pues a partir de la práctica de este tipo de debates los lectores desarrollan gradualmente su capacidad para reflexionar sobre aspectos más profundos de la lectura. Para ello el bibliotecario hace preguntas a los alumnos que les van dando pautas sobre lo más interesante de un libro.
Así mismo, es importante insistir en preguntas como ¿qué es lo que más os ha gustado? ¿cuál fue la situación más divertida? ¿con qué personaje os identificáis? etc. De este modo se pone de manifiesto el sentido placentero que aporta la lectura. La elección de los libros es importante. No vale cualquier cosa. Se pueden elegir títulos que sean polémicos, ambiguos en su planteamiento, con finales abiertos, etc. Los chicos, entonces, deben tomar partido, exponer una opinión con mayor riesgo de confrontación, con lo que se enriquece su experiencia de lectura.
En algunos casos se proponen libros que tienen una versión cinematográfica y se comparan así dos lenguajes diferentes para una misma historia.
La biblioteca es un espacio de libertad donde debe asegurarse la posibilidad de elección por parte de los lectores, respetando sus gustos e intereses.
Sin embargo, como mediador, el bibliotecario tiene la responsabilidad de ayudar a crecer a los alumnos y alumnas en su proceso lector, provocándoles continuamente con sugerencias atractivas de lectura. La biblioteca se concibe así como un lugar para descubrir diferentes y variadas opciones que dan respuesta a múltiples necesidades. Es necesario formar a los usuarios para que sean capaces de desenvolverse con facilidad entre distintos géneros, temas y soportes.
De este modo, desde la biblioteca se plantea la realización de actividades dirigidas a descubrir las claves de un género literario o las posibilidades de tratamiento e interpretación de un tema concreto.
Éstas se planifican a lo largo del año, dentro del proyecto general de la biblioteca, y tienen un carácter más esporádico, con diferente duración unas de otras, de acuerdo con la dinámica del centro escolar.
Las propuestas deben hacerse de forma compartida entre bibliotecarios y docentes, con el fin de que respondan más eficazmente a las necesidades de la escuela y formen parte de la Programación General Anual, implicando así, desde la lectura, a todas las áreas curriculares.
Estas actividades se complementan además con talleres, exposiciones, charlas, etc., con lo que se obtiene una visión más amplia del tema elegido.
Diseñado el plan de lectura, hay que planificar de igual modo las actuaciones y bloques de actividades que en él se contemplen.
El esquema siguiente recoge el proceso de realización de un programa de animación elaborado en torno a un tema, un género, etc.
1. TEMA. Lluvia de ideas: palabras relacionadas.
2. Posibles TÍTULOS para la animación.
3. DOCUMENTACIÓN individual:
4. PROGRAMACIÓN:
TEMAS
|
ACTIVIDADES
|
|
|
|
|
|
|
|
|
GÉNEROS | ACTIVIDADES |
|
|
|
|
|
|
|
|
Desde la perspectiva de la promoción de la lectura la escritura se percibe como una tarea estrechamente ligada al hábito y el placer de leer. Supone reforzar la relación entre el niño y el lenguaje, el que moldea con la escritura y del que se apropia activamente. Esta posición activa alimenta su papel como lector favoreciendo no sólo el aumento de sus lecturas sino también un crecimiento cualitativo de éstas.
Al igual que en el caso de la lectura, la sociedad actual
exige dominar la escritura para resolver, no sólo asuntos intelectuales
sino también de índole cotidiana.
"En este contexto escribir significa mucho más que conocer el
abecedario, saber "juntar letras" o firmar el documento de identidad.
Quiere decir ser capaz de expresar información de forma coherente
y correcta para que la entiendan otras personas."7
La escuela tiene que responder a estas exigencias fomentando
la competencia escrita de los alumnos, con objeto de que los niños
lean y escriban mejor todo tipo de textos; porque a escribir se enseña,
no surge de la inspiración ni por arte de magia.
"En la escuela nos enseñan a escribir y se nos da a entender, más
o menos veladamente, que lo más importante y quizá lo único
a tener en cuenta- es la gramática. La mayoría aprendimos
a redactar pese a las reglas de ortografía y de sintaxis. Tanta
obsesión por la epidermis gramatical ha hecho olvidar a veces lo
que tiene que haber dentro: claridad de ideas, estructura, tono, registro,
etc. De esta manera, hemos llegado a tener una imagen parcial, y también
falsa, de la redacción. Para poder escribir bien hay que
tener aptitudes, habilidades y actitudes."
Es evidente que debemos conocer la gramática y el léxico, pero también se tienen que saber utilizar en cada momento. ¿De qué sirve saber cómo funcionan los pedales de un coche, si no se saben utilizar los pies? De la misma manera hay que dominar las estrategias de redacción: buscar ideas, hacer esquemas, hacer borradores, revisarlos, etc.[...]"8
En el texto anterior, Cassany menciona dos aspectos, aptitudes y habilidades, que están determinados por un tercero, las actitudes hacia la escritura. Así pues, el conocimiento y ejercicio de las estrategias de redacción tiene que apoyarse paralelamente en la motivación, en un acercamiento lúdico y placentero a la escritura.
Hay que ayudar a los alumnos y alumnas a encontrarle sentido a la escritura, destacando su utilidad y los beneficios personales que reporta y presentándola en contextos variados.
Esta amplia contextualización de la escritura pone de relieve que, si bien es una tarea especialmente ligada al área de Lengua y Literatura, ninguna disciplina puede dejarla al margen y que a todas compete tal y como se refleja en el cuadro siguiente:
|
|
P E R S O N A L |
|
Objetivo básico: explorar intereses personales. Audiencia: el autor.
|
|
F U N C I O N
A L
|
|
Objetivo básico: comunicar, informar, estandarizar la comunicación Audiencia: otras personas.
|
|
C R E A T I V
A
|
|
Objetivo básico: satisfacer la necesidad de inventar y crear. Audiencia: el autor y otras personas.
|
|
|
|
E X P O S I T
I V A
|
|
Objetivo básico: explorar y presentar información. Audiencia: el autor y otras personas.
|
|
P E R S U A S
I V A
|
|
Objetivo básico: Influir y modificar opiniones. Audiencia: otras personas.
|
|
[extraído de Sebranek, Meyer y Kemper,
1989] Recogido por Daniel Cassany en "La cocina de la escritura"9
El despertar a la escritura se contempla como un proceso gradual que se inicia en el juego y se potencia la escritura creativa en los talleres de cuentos dirigidos a las primeras etapas escolares. Esta tarea tiene su continuación en los talleres literarios en la escuela en los que se intenta que el alumno conozca más a fondo los diferentes tipos de textos (narrativos, dramáticos, poéticos, periodísticos,), los procesos de creación y las estrategias de escritura.
En este apartado se ofrecen diversos bloques de actividades que tienen como eje la escritura, con objeto de mostrar distintas posibilidades de encauzar el trabajo.
Los supuestos prácticos que se recogen son una pequeña muestra orientativa, que puede completarse con las referencias bibliográficas que se incluyen al final del capítulo y con las propias iniciativas de las personas encargadas de realizar la tarea.
Estas actividades persiguen mantener y reavivar la relación lúdica que el niño tiene con las palabras en sus primeros años. Constituyen una invitación a que pierda el miedo al lenguaje, a que juegue con la grafía de las letras y con el sonido de las palabras.
Buscan desatar el humor y el regocijo, provocando
rupturas y choques gramaticales, trastocando el sentido de la lengua hasta
rozar el absurdo. En definitiva, pretenden favorecer una relación
placentera con la palabra, moldearla y estimular la creación de
pequeños textos que preparen el camino a un mayor desarrollo de
la expresión escrita.
Algunos ejemplos son:
El provocar historias da salida a la necesidad de los niños de crear e inventar . A la hora de estimular al niño a escribir historias, conviene ofrecerle múltiples y variadas propuestas de las cuales partir, con objeto de huir de la repetición y la monotonía.
La propuesta de escritura ha de buscar romper con el mimetismo y la reproducción de estereotipos televisivos, sociales, etc., para lo que resulta interesante valerse de un amplio conjunto de elementos de provocación que busquen la sorpresa y hagan saltar la chispa creativa en los textos infantiles, forzando encuentros inhabituales que exijan el trabajo creativo del niño, que estimulen su imaginación y den pie al relato fantástico.
Gianni Rodari ofrece innumerables y ricas propuestas para trabajar en este sentido y existen interesantes obras que recogen estrategias y juegos orientados a provocar historias, individuales o colectivas, en la línea de las que siguen:
Los talleres de poesía ofrecen muchas posibilidades de disfrute con el lenguaje y aportan innumerables valores en el desarrollo de la capacidad de expresión de los niños a la vez que le abren el camino hacia el encuentro con los poetas y con la propia creación poética. La poesía aporta al niño una dimensión estética del lenguaje y le ofrece vivencias sensoriales y emotivas a través del poder evocador de las palabras, la sonoridad, el ritmo, la rima, las imágenes, a la vez que permite su recreación utilizando otras formas de expresión como la plástica, la música o la expresión corporal.
El juego, el humor y el absurdo, son elementos que tampoco han de faltar en esta invitación a la poesía. Una gran fuente de la que partir es el legado de la poesía de tradición oral. La biblioteca escolar ha de desarrollar un trabajo tendente a:
Durante este proceso puede implicarse también a la familia, arbitrando una especie de libro viajero que recorra las casas de los alumnos con objeto de que abuelos y padres hagan su aportación y escriban en él su memoria poética.
RECREAR a partir del material recogido las estructuras y los elementos presentes en las fórmulas poéticas, en un acercamiento a la rima, el ritmo, la entonación. Estructuras y elementos que están presentes en muchos poetas que escriben para niños y fáciles de reconocer en la obra de García Lorca, Machado, Alberti y otros poetas.
CREAR los propios textos poéticos apoyados en el camino recorrido, sin dejarse llevar por el falso lirismo, la blandura y la cursilería que a menudo fomenta el adulto y ayudando al niño a avanzar en el conocimiento y disfrute de la poesía.
Respecto al acercamiento de los títulos de poesía de la biblioteca a los niños y jóvenes, cabe la posibilidad de dedicar espacios para la lectura y presentación de obras y autores, elaborar guías de lectura, etc.
Los propios alumnos pueden ser los encargados de realizar selecciones y recopilaciones temáticas de poemas (sobre la Navidad, la noche, los animales,) valiéndose de las obras de la biblioteca escolar y crear archivos que queden en la biblioteca para poder ser consultados posteriormente. Un carácter más estable y continuado tienen los Talleres de Poesía y Creación Poética. Los cuadros que siguen pueden servir de orientación para el trabajo con las estructuras poéticas según las edades del alumnado.10
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Fonetico:
Morfología.
|
|
|
MATERIALES
|
ESTRUCTURAS POÉTICAS
|
RECURSOS POÉTICOS
|
ESTADIO
|
|
|
|
|
|
3 AÑOS
|
Me gusta Carolina...
Tengo, tengo, tengo... ¿Dónde están las llaves?... |
4 AÑOS
|
A la una la aceituna... |
6 AÑOS
|
La desdentada... |
7 AÑOS
|
En martes, ni te cases...(en lunes...)
Pablito clavó... |
8-9 AÑOS
|
En Sevilla hay una casa...
Tengo una cabra ética, perlética...
Curú curú cufá... Pin pineja...
|
A PARTIR DE 10 AÑOS...
|
|
Se ha optado por incluir el trabajo con la prensa en el apartado de la escritura, teniendo en cuenta que la capacidad de los alumnos para elaborar un producto periodístico propio estaría en la fase final del proceso.
De entre los múltiples recursos que la biblioteca escolar puede aportar para la animación a la lectura, la prensa es quizá uno de los medios más ricos, complejo y lleno de posibilidades. Los periódicos ofrecen una mirada viva y dinámica de los acontecimientos más relevantes de nuestro entorno, son un medio presente y cotidiano. La prensa forma parte de la dotación básica de cualquier biblioteca escolar. Es un material barato, reciclable y cuya rentabilidad didáctica ya nadie se atreve a discutir.
Dicha circunstancia convierte a este medio en un potencial protagonista de la dinámica bibliotecaria: recoger noticias, procesar la información que ofrecen, seleccionar productos periodísticos para su uso en el aula, dar a conocer sus géneros o coordinar proyectos interdisciplinares a partir del seguimiento de un tema, son sólo alguna de las innumerables posibilidades de aprovechamiento de este medio en la biblioteca.
![]() |
El trabajo con la prensa es un vasto territorio que abarca desde la lectura
crítica de noticias (relación medio-receptor) hasta la producción
informativa (relación medio-emisor). Estudiar su posible utilización
exige un trabajo de sistematización que permita trazar un itinerario
propio.
De otro modo, la ingente maraña de sugerencias didácticas
publicadas en los últimos años puede enredar a bibliotecarios
y docentes en un activismo estéril. Algunos materiales pueden resultar
especialmente útiles para organizar un proyecto coherente en torno
a la biblioteca escolar.
El programa Prensa-Escuela del Ministerio de Educación11 generó un conjunto de recursos de apoyo cuya validez continúa vigente. A partir de estos materiales, se propone una clasificación que, si bien no es completa, puede servir para encuadrar las principales prácticas realizables con la prensa.
En ella se establecen diferentes momentos que, aunque pueden simultanearse, suponen a largo plazo un proceso de aprendizaje por la progresiva incorporación de nuevas habilidades a la relación de los alumnos con este medio.
DINÁMICAS
|
|
ESTUDIAR CON LA PRENSA
|
|
ESTUDIAR LA PRENSA
|
|
PRODUCIR PRENSA
|
|
Las funciones documental, didáctica y disciplinar de la prensa escrita pueden estudiarse con más detalle en el material del mencionado Programa Prensa-Escuela. En él se ofrece una extensa bibliografía que puede ampliar esta información.
En cuanto a la producción periodística propiamente dicha la biblioteca escolar es un ámbito privilegiado por su oferta de recursos (diarios, dossieres y otros materiales documentales), que puede aglutinar el esfuerzo de toda la comunidad, recabando los materiales elaborados en el centro y articulando, en un equipo integrado por bibliotecarios y docentes, la realización del periódico escolar. Afrontar la realización de un periódico resulta en ocasiones un proceso demasiado costoso, tanto en el aspecto material como en lo referente a técnica y recursos humanos.
Gran número de profesores han visto frustrados muchos esfuerzos e ilusiones por un cálculo poco realista de sus posibilidades. Para evitar estas situaciones es preciso analizar pormenorizadamente el tipo de proyecto que quiere emprenderse, planificar las tareas que requiere y valorar con realismo la capacidad del centro para asumirlo.
En cualquier caso existe una alternativa más sencilla y económica: el periódico mural.
El periódico mural admite múltiples modalidades:
Mural gráfico de información general: noticias relacionadas con el centro, con la ciudad, con la actualidad mundial.
Mural monográfico: información sobre un tema específico de especial interés (relacionado con un acontecimiento determinado, con una materia curricular, con la visita de un escritor al centro, con un género literario).
Mural interdisciplinar: a partir de una noticia determinada, buscar sus implicaciones en las diferentes materias del currículum, exponiendo gráficamente los resultados de la investigación.
Mural de titulares: recoge, cada día, los principales titulares publicados en los periódicos.
Mural de actualidad gráfica: similar al anterior, analiza la actualidad diaria a partir de las viñetas de humor de los periódicos o de las fotografías más significativas.
( ...)
Esta tipología de periódicos-mural es también aplicable a los periódicos impresos, aunque el proceso de elaboración es en este caso más complejo.
El periódico escolar es el órgano de expresión del centro, la publicación que reúne lo más destacado de la actualidad escolar así como las opiniones de profesores, alumnos y, en general, de toda la comunidad educativa. Un medio de estas características ofrece la oportunidad de motivar a los alumnos para investigar, imaginar y producir textos que son fruto de los procesos de aprendizaje desarrollados en los diferentes ámbitos.
Tal vocación recopiladora es patrimonio de la biblioteca escolar y este es por tanto el ámbito por excelencia para esta producción colectiva. La redacción de un periódico tiene sus propios sistemas de organización y planificación. De otro modo resultaría imposible abordar tareas tan diversas como la búsqueda de la noticia, la realización de entrevistas y fotografías, la redacción de artículos, la distribución de noticias y titulares, la diagramación, etc. Coordinar estas funciones dentro de una comunidad tan numerosa y activa como la escolar exige una gran sistematización de los procesos.
El punto de partida pueden ser la funciones periodísticas que se han mencionado, coordinadas por diferentes profesores: el profesor de lengua puede supervisar el trabajo del equipo de redactores, el de plástica coordinar a los fotógrafos, el de informática orientar al taller de diagramación, etc.
El objetivo es aprovechar los recursos materiales y humanos del centro para desarrollar este proyecto.
Los miembros de los diferentes equipos de trabajo han de asumir sus responsabilidades de un modo voluntario: los alumnos y alumnas deciden libremente su participación en la gestión del periódico. Sin embargo, la práctica en las aulas puede generar interesantes materiales que pueden ser igualmente publicados. Esto sólo es posible si todo el profesorado entiende este proyecto como una empresa multidisciplinar y como una fuente de experiencias didácticas que enriquece su labor educativa.
El papel del bibliotecario, además del de dinamizador de este proceso es, necesariamente, el de apoyar constantemente los diferentes proyectos periodísticos con los recursos documentales disponibles.
Se trata no sólo de facilitar la elaboración de reportajes, entrevistas y otros textos con el aporte de información sino de generar paralelamente procesos formativos que contribuyan a que los participantes conozcan las técnicas documentales (como, por ejemplo, la elaboración de dossiers) que complementan el trabajo en el periódico.
Así mismo, en coordinación con los
profesores, afrontará otras líneas de actuación relacionadas
con la animación a la lectura que produzcan, a su vez, textos publicables:
creaciones literarias (cuentos, poemas), reseñas críticas
de libros, guías de lectura, etc...
Es sin duda un proyecto complejo y ambicioso, pero que puede ser llevado
a cabo en equipo (esto es fundamental) y que admite diferentes niveles
de implicación curricular. Así lo ponen de manifiesto algunas
experiencias concretas desarrolladas en distintos ámbitos:
La lectura, un suceso de primera página. Un trabajo desarrollado en el C.P. Elena Sánchez Tamargo de Asturias que se apoya en el trabajo interdisciplinar para relacionar la lectura de la prensa y los libros de literatura infantil y juvenil.
Crónicas de un tal Juan: actividad desarrollada en el Centro Internacional del Libro Infantil y Juvenil en colaboración con diferentes centros escolares de Salamanca como preparación de un encuentro de los alumnos con el escritor Juan Farias. En esta animación el periódico sirvió como vehículo para el estudio de los principales elementos presentes en la obra de este autor dando pie a la creación literaria de los niños.
Recomendamos, por último, una selección de obras dirigidas al público infantil y juvenil que ayudan a conocer de cerca el mundo periodístico. Se trata de una selección de libros informativos y de ficción, películas y revistas, agrupadas bajo el título "Aventuras en primera plana".
Trabajo intelectual válido como proceso de aprendizaje.
Producto personal estimable como recurso documental.
Los escritos de los alumnos pasan a formar parte de los fondos de la biblioteca convirtiéndose en fuente informativa, en material de referencia para posteriores estudios o para nuevas creaciones que enriquezcan y retroalimenten dichos textos.
Este planteamiento puede tener consecuencias directas en la actitud de alumnos hacia la biblioteca escolar, pues los sitúa en el centro de los procesos comunicativos de la biblioteca y los convierte en protagonistas del hecho lector: un papel privilegiado como emisores y receptores.
Gran parte de los materiales elaborados en el aula o en la biblioteca por los estudiantes puede ser utilizados posteriormente como material documental: biografías, trabajos monográficos, entrevistas, exposiciones, dibujos, poemas, cuentos, reseñas bibliográficas Los docentes y los bibliotecarios deben establecer ciertos criterios que limiten tan extensa producción para evitar dificultades en su almacenamiento.
Además de estos recursos, la función documental de la biblioteca puede impulsar la realización de trabajos específicos, con el doble objetivo propuesto: el desarrollo de aprendizajes (en relación con los procesos creativos e investigadores) y la producción de materiales de lectura.
Estas actividades de escritura promueven en los alumnos el entrenamiento en el uso de otros registros lingüísticos. El lenguaje científico se presenta así como un medio accesible y el conocimiento de sus claves, como un recurso útil que ayuda a expresar conceptos precisos. La habilidad para redactar textos informativos ha de enraizarse en el desarrollo de procesos mentales de cierta complejidad.
La recopilación de información y su integración en un producto con finalidad documental requiere afrontar una tarea de estructuración mental que organice los contenidos y los restituya con claridad: índices, esquemas y apartados deben ser planificados con detalle con el fin de ofrecer un recurso útil para la biblioteca.
De este modo, la escritura es un medio que ayuda a conocer la metodología del trabajo científico, lo que revierte directamente en el desarrollo de capacidades para la lectura y el acceso a la información. Hay muchos proyectos que pueden servir a este fin.
Cada biblioteca escolar puede promover actividades más acordes con sus peculiaridades. Sirvan, pues, estas sugerencias, como una pequeña muestra de posibles propuestas para la elaboración de material documental:
Recopilación de leyendas populares de la región: una investigación práctica de documentación oral a partir de los relatos de los mayores.
Historia local: Estudio de la historia de la ciudad basado en la lectura de prensa local antigua. Puede circunscribirse a un periodo concreto, destacable por alguna circunstancia.
Mapa literario peninsular: Señalando las obras que transcurren en diferentes ciudades de la península ibérica.
Catálogo de personajes terroríficos: Recopilando imágenes y descripciones que permitan construir una tipología de las criaturas del miedo: vampiros, brujas, hombres-lobo.
Dossiers temáticos interdisciplinares: Un completo proceso de búsqueda, estructuración y restitución informativa a partir de fuentes diversas (prensa, folletos, monografías, consulta a instituciones). Pueden abordarse temas muy diversos: El SIDA, la violencia en el fútbol, la prensa y el derecho a la intimidad, la anorexia.
Calendario de efemérides culturales: Anotando fechas significativas hasta completar el conjunto de celebraciones diarias.
La voz y la palabra están íntimamente unidas al proceso de desarrollo del niño; el lenguaje oral, el sonido, es el elemento base por medio del cual se inicia en el reconocimiento de sí mismo y desl mundo. La biblioteca escolar ha de nutrir la rica relación que niños y niñas mantienen con el lenguaje que se inicia en la primera etapa infantil con las nanas, canciones, fórmulas y pequeñas historias, que les abren la puerta a la adquisición del habla, en un proceso que parte de los primeros balbuceos y que se alimenta a través del oído.
El trabajo desde la oralidad se desarrolla paralelo al presentado en el anterior apartado de escritura. El punto de partida es el juego oral con el lenguaje en una aproximación fonética a las palabras: asociaciones fonéticas, onomatopeyas, cambios de acentuación, etc., que ofrece indiscutibles posibilidades didácticas en E. Infantil y E. Primaria y está en estrecha relación con los contenidos del área de Lenguaje y Literatura. Potenciar y enriquecer la capacidad de expresión del niño requiere también pel aprovechamiento del rico patrimonio literario oral, fuente inagotable de juego y de ejercicio, aprovechando la capacidad auditiva y de retención del niño.
Las retahílas de juego, refranes, trabalenguas, romances, poemas, cuentos breves, etc., invitan a ejercitar la memoria, la repetición, a recitar, a dramatizar y a narrar. Para acercar al niño las estructuras poéticas, el ritmo, la entonación y la rima cabe retomar las actividades de juego poético, presentadas en el apartado de escritura y trabajarlas oralmente. La práctica continuada de estas actividades redundará en el enriquecimiento del vocabulario del niño, en el refuerzo y mejora de su pronunciación y ampliará sus registros de expresión.
La narración oral se configura también como un medio de expresión y comunicación muy rico para estimular a la lectura desde la biblioteca escolar. De gran valor educativo, el cuento y el relato pueden servir también como base de otros aprendizajes. El relato oral puede ser utilizado para introducir de forma amena conocimientos referidos a las distintas disciplinas académicas: contextualizar una época en historia, acercarse a un país y a sus costumbres en geografía o aproximarse al conocimiento de un determinado animal en ciencias naturales.
La biblioteca escolar y el aula acogerán espacios de narración oral que pueden ser estructurados de la manera más conveniente: dirigidos a niveles, a grupos de clase y tener un carácter periódico, espontáneo, puntual, etc. Al margen de los espacios dedicados regularmente a esta actividad, la narración oral tendrá cabida en el desarrollo de programas específicos y puede servir de apoyo para las presentaciones de libros o para la dinamización de exposiciones.
Existe en algunos medios una excesiva identificación entre narración oral y espectáculo, especialmente en las bibliotecas infantiles, donde quizá se ha profesionalizado en demasía esta actividad. Su valor como espacio de comunicación debe primar sobre el valor de la representación.
En este sentido, todas las personas pueden desempeñar la función de narrador sin necesidad de tener especiales dotes actorales. En la escuela es conveniente que los niños vean contar y escuchen leer a sus profesores y que no se deje únicamente esta labor en manos de terceros. Hay muchas formas de narrar y se debe buscar ante todo la que resulte más cercana y cómoda al narrador.
Habitualmente la narración oral se asocia de manera exclusiva a las primeras edades y si bien en ellas tiene un público especialmente idóneo, no es menos cierto que los preadolescentes y jóvenes también responden muy positivamente a estas experiencias. En todo caso, la selección de las narraciones, su adecuación a la etapa de desarrollo del niño y a sus intereses determinará en gran medida la aceptación de la propuesta.
En cursos superiores se han de incluir relatos literarios,
lecturas de poemas o lecturas en voz alta de capítulos de libros
para motivar su lectura. Es importante que los niños y jóvenes
tomen parte activa en el relato oral, por lo que hay que prever momentos
en los que se les invite y estimule a contar y narrar historias y a presentar
oralmente las lecturas que más les hayan gustado compartiéndolas
con sus compañeros y despertar así el interés del
resto del grupo hacia el libro presentado. Estas sesiones pueden llevarse
al cabo en un taller de cuentos desarrollado en la biblioteca o en el
aula indistintamente.
En determinado momento también puede constituir un medio para implicar
a la familia en el trabajo escolar, invitando a padres, madres, abuelos
y abuelas a que cuenten sus historias en la biblioteca. Esto puede dar
origen a la creación en la biblioteca de una antología de
los cuentos narrados por las familias y recogidos en texto, en grabación
sonora o en vídeo.
![]() |
Dentro de la planificación general de actividades se tendrán en cuenta los momentos destinados a la narración oral y el papel que se les asigna en los programas en los que se incluya este tipo de propuestas. Además, cada sesión deberá contar con la necesaria y suficiente preparación para que realmente respondan al objetivo de conseguir entretenimiento, estímulo y enriquecimiento para el niño. Esta preparación debe tener en cuenta diversos aspectos relacionados con:
Una vez que el narrador o narradora ha hecho su elección,
se entra en la fase de análisis de la historia y de preparación,
con objeto de conocerla a fondo y conseguir interiorizarla. A continuación,
se ofrecen a modo de guía los pasos a seguir y los elementos sobre
los que hay que centrar la atención en esta fase:
![]() |
Es importante crear un clima de atención en torno
al narrador que permita disfrutar a fondo de la historia realizando pequeñas
intervenciones sobre el espacio:
Las posibilidades de contar y presentar una historia son múltiples y dependerán de los objetivos que se persigan, de los recursos con los que se cuente y de la propia personalidad del narrador. Sobre lo anteriormente expuesto se pueden introducir modificaciones para acercar más la actividad al niño y al propio narrador:
La lectura no se limita necesariamente al código verbal. Vivimos rodeados por una multiplicidad de medios y lenguajes: el cine, la televisión o los anuncios publicitarios forman parte de nuestra cultura. Lamentablemente, este contacto con los medios de comunicación es más una relación de consumo que una postura crítica de lectura.
Formar lectores supone integrar todo tipo de lenguajes en el programa de lectura del centro, promover una visión global que interrelacione los medios y preparar a niños y jóvenes para acceder, de un modo crítico, a la oferta de lectura que ofrecen las nuevas modalidades audiovisuales.
![]() |
Con frecuencia, entre los educadores se observan actitudes culpabilizadoras que enfrentan a la lectura audiovisual (fundamentalmente la televisión, aunque también otros medios como el cómic) con la "auténtica" lectura (los libros). Tal enfrentamiento en nada beneficia el desarrollo lector del niño. Por el contrario, mantiene el prejuicio que asigna al libro un papel educativo y lo constriñe al ámbito escolar: frente a él los audiovisuales serían patrimonio del ocio y, por tanto, una opción voluntaria y más atractiva.
Es preciso huir de maniqueismos y entender la complementariedad
de todos los medios y soportes lectores. Del mismo modo que la animación
a la lectura ha de implicar tanto los aspectos artísticos como
los informativos, tenemos que ampliar este concepto a otros medios de
comunicación que además del verbal utilizan otros códigos
como el musical o el iconográfico. Sólo con una acción
pedagógica integrada que estimule el desarrollo de la lectura como
una capacidad global y multiforme será posible la formación
de ciudadanos críticos y conscientes, capaces de acceder a todas
las posibilidades de su entorno y su cultura, lo que, en última
instancia, es la función esencial de la institución escolar.
"...texto impreso, sonido e imagen son todos, en sí mismos,
caminos de acceso al conocimiento, cada uno a su manera y de modo irremplazable.
Tampoco se limitan a la transmisión de informaciones documentales.
Discos o casettes, filmes o diapositivas, presentan historias, poemas,
pinturas, abriendo así los ojos y los oídos al universo
de lo imaginario, de la creación. La biblioteca, fiel a su vocación
de centro de información, (...) se convierte, pues, naturalmente
en "medioteca". Reunir los diferentes medios de comunicación en
un solo y mismo lugar permite al lector aprender a recurrir según
los casos al documento más apropiado"12
Hemos de desarrollar, por lo tanto, iniciativas concretas de actuación
en una doble línea:
![]() |
En este apartado se ha presentado la animación a la lectura en el contexto de las demandas y exigencias de lectura de la sociedad actual y a la biblioteca escolar como espacio idóneo para la estimulación del hábito lector y para posibilitar múltiples lecturas.
El trabajo de la biblioteca escolar no puede ser aislado sino que ha de contar con el apoyo de toda la comunidad escolar para poder llevar realmente a cabo y con posibilidades de éxito un Programa de Lectura que afecte a todas las áreas curriculares y capacite a los niños y niñas en el ejercicio de una lectura eficaz que responda a variados intereses y registros.
Los programas y actividades de promoción de la lectura deben ser diseñados y planificados convenientemente por el equipo docente y coordinados por el equipo de la biblioteca. Las acciones tienen que ser regulares y constantes, huyendo del artificio y las intervenciones aisladas que no tienen continuidad.
Esto queda justificado en la idea de un proceso de
adquisición del hábito de lectura en la infancia y en la
necesidad de acrecentar en los niños el placer y el gusto por la
lectura. Se han presentado diversas formas de acercamiento a la lectura
cuyo fin la es estimular y desarrollar las capacidades de expresión
del alumnado. Las estrategias y técnicas que ilustran el apartado
de actividades son sólo una muestra de las posibilidades de trabajo.
Se insiste en la necesidad de tomarlas como medios y no como fines en
sí mismas.
|