El cine británico se muestra
muy activo durante la guerra, especialmente el movimiento documental
, al frente del cual se encuentra Alberto
Cavalcanti, que sucede en estos años a John Grierson.
También, la industria británica del cine da lugar
a grandes producciones para satisfacer la necesidad de evasión
de un público que vive en una situación angustiosa.
El multimillonario Arthur Rank produce costosas películas
de prestigio, como Cesar y Cleopatra
(1944), de Gabriel Pascal y Enrique
V (1944), de Laurence Olivier.
En estos años aparecen varias películas de calidad
como son: Luz de gas (1940), de Thorold
Dickinson, la juvenil y estupenda de aventuras El
ladrón de Bagdad (1940), de Michael
Powell, Ludwig Berger y Tim Whelan,
y Breve encuentro (1945), de David
Lean.
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