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La Influencia de la Televisión |
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Las pequeñas compañías
producen películas "menores" que abordan temas
de la vida cotidiana norteamericana, tratados de manera sobria y
directa. Los escenarios son las calles de las ciudades, y los personajes,
las gentes que deambulan por ellas. Los artífices de esta
corriente son algunos directores que proceden de la nueva industria
televisiva. Delbert Mann muestra en
Marty (1955), el reverso de la película
romántica, al narrar la historia de amor entre un carnicero
y una apocada institutriz; Sidney Lumet,
con Doce hombres sin piedad (Twelve
angry men, 1957) hace un profundo diagnóstico de la
sociedad norteamericana, a través del retrato de doce hombres
encerrados en la sala de deliberaciones de un jurado; y Martin
Ritt con obras magistrales sobre la decadencia moral de occidente,
como Donde la ciudad termina (Edge
of the city, 1957) y Hud (1963).
Sin embargo, una vez absorbidos por la industria de Hollywood, estos
jóvenes directores ceden a la presión del mercado
y su obra posterior pierde el vigor mostrado en sus primeras películas.
En busca de Fuentes de Inspiración |
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También en estos años,
comienza a tener un cierto grado de aceptación el cine europeo
que produce algunas películas más intelectuales, como
las de Fellini o las de Bergman. Como respuesta, Hollywood produce
adaptaciones de obras de o Tennessee Williams, William Faulkner
y Arthur Miller.
De este modo, surgen películas
como Baby Doll (1956) de Elia
Kazan, La gata sobre el tejado de
zinc (Cat over a hot tin roof,
1958) de Richard Brooks, y La
noche de la Iguana (Night of the
Iguana, 1964) de John Huston,
basadas las tres en piezas teatrales de Tennessee Williams; y El
largo y cálido verano (The
long hot summer, 1957) de Martin
Ritt, a partir de una novela de Faulkner.
Nueva Dimensión de los Géneros |
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Si en la edad de oro de Hollywood
la producción se articulaba en torno a una férrea
estructuración por géneros, a partir de este momento,
algunos directores crean importantes obras que superan y renuevan
estas categorías. Tal es el caso de Johnny
Guitar (1953), un western "intelectual" y de
Rebelde sin causa (Rebel without
a cause, 1955) de Nicholas Ray;
de El apartamento (The
apartment, 1960), una de las más agrias comedias,
y quizás la mejor, de Billy Wilder;
o el de las nuevas aportaciones al género policíaco,
encabezadas por Sed de mal (Touch
of Evil, 1958) de Orson Welles,
y por Atraco perfecto (The
killing, 1956) de Stanley Kubrick en
.
Otro de los grandes creadores del
momento es Arthur Penn, cuya obra refleja
de manera crítica y precisa la hostilidad del medio y la
violencia del ser humano. Su estilo profundo y contenido está
presente en La jauría humana
(The chase, 1966) y en Bonnie
and Clyde (1967). En 1970, realiza Pequeño
gran hombre (Little big man),
una visión crítica y desmitificadora de la conquista
del Oeste .
Con la aparición en 1961 de
West Side Story de Robert
Wise y Jerome Robbins, se recupera
el género de la comedia musical, al que en 1963 se une My
fair lady de George Cukor, Camelot,
1967 de Joshua Logan y Cabaret
en 1972, de Bob Fosse.
En otro orden,
Blake Edwards realiza la desgarradora y bella, Days
of wine and roses, 1962. Samuel Fuller
dirige una película dura, Corredor
sin retorno (Shock corridor, 1963). Y Robert
Mulligan El hombre clave (The
nickel ride, 1974), de cine negro, sobre la soledad y la
pérdida del poder.
También se recupera el género
cómico con algunas películas notables de Jerry
Lewis, con un sentido del humor inteligente y extravagante.
Nuevas Corrientes |
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Con la irrupción de la nueva
moral hippy a finales de los 60, la industria de Hollywood se somete
a una reconversión ideológica. Así, el alemán
Mike Nichols con ¿Quién
teme a Virginia Woolf? (Who´s
afraid of Virginia Woolf, 1966), y con El
graduado (The graduate, 1967) da claras muestras del discurrir
de las nuevas generaciones. El actor y director Dennis
Hopper irá un paso más allá con su visión
autocrítica en Easy Rider (1969),
un ataque frontal al estilo de vida americano. En esta línea
también se inscriben Cowboy de medianoche
(Midnight cowboy, 1969) del
inglés John Schlesinger y Alguien
voló sobre el nido del cuco (One
flew over the cuckoo's nest, 1975) del checo Milos
Forman.
En los años 70 Hollywood incorpora
fuertes dosis de erotismo y de violencia. En esta línea se
enmarca la obra sincera, desgarradora y siempre al límite
de Sam Peckinpah, que con Perros
de paja (Straw dogs, 1971)
y La huida (The
getaway, 1972), se convierte en el mayor especialista en
cine con violencia. También, el polaco Roman
Polanski, con La semilla del diablo
(Rosemary's baby, 1968) y
Chinatown (1974), y William
Friedkin, con El exorcista
(The exorcist, 1973).
También hay películas
bonitas y de aventuras como Robin and Marian
(1976), la mejor película sobre Robin Hood, de Richard
Lester, y el inicio en 1977 de la saga de George
Lucas, The War Star.
En estos años aprece Francis
Ford Coppola, una de las grandes promesas del cine americano
que, en 1972 triunfa con una de las mejores películas de
la historia, el retrato de la mafia italoamericana en El
padrino (The godfather), y
en 1974 con la excelente La conversación
(The conversation), sobre
la vida privada y la responsabilidad personal mezcladas con intrigas
por el poder.
Independientes y Otros |
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Al margen de la gran industria, destaca
la obra independiente del actor y realizador John
Cassavetes , que comienza a dirigir, dentro de la Escuela
de Nueva York y del new american cinema, con la película
Shadows (1960), y sigue con
Faces (1968), Husbands (1970)
y Una mujer bajo la influencia (A
Woman under the Influence, 1974), películas de estilo
muy personal y gran libertad expresiva, y que dan gran importancia
a los diálogos y a la improvisación.
El independiente, rebelde e innovador
Robert Altman dirige en 1970 MASH
y en 1975 Nashville.
El también rebelde e inconformista Richard
Brooks dirige The
Professionals (1966), In
cold blood (1967) y Looking
for Mr. Goodbar (1977). Del también
independiente Monte Hellman
es, entre otras, Two lane blacktop
(1971).
La rabiosamente independiente y artística
Carolee Schneemann intenta expresarse
utilizando el mismo medio cinematográfico, manipulando el
cuerpo humano y diversidad de materiales y soportes, incluso interviniendo
manualmente en el celuloide, como otros artistas hacen con otros
medios. Fuses (1967), es un ejemplo
de sus films polémicos, de imaginería sexual, rompedor
de tabúes y de técnicas de hacer cine.
La más importante representante
de los directores del movimiento independiente americano es Shirley
Clarke, sin menospreciar a Maya
Deren, Stan
Brakhage, Jonas
Mekas, Michael
Snow, Kenneth
Anger y Andy
Warhol. En 1959, Clarke realiza Bridges-go-round,
un poema de expresionismo abstracto. Después se hace más
realista, sigue las propuestas del cinema verité y
contribuye al surgimiento del new american cinema y de las
distribuidoras no comerciales, como con The
Connection (1961).
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Capítulo 1: El hombre que pudo reinar, 1975, de Huston. El guateque, 1968, de Edwards.
Capítulo 3: Dos semanas en otra ciudad, 1962 de Minelli.
Capítulo 5: Johnny Guitar.
Capítulo 7: Johnny Guitar; Sed de mal; La semilla del diablo.
Capítulo 8 y capítulo 4: La guerra de las Galaxias.
Capítulo 10: "Los géneros"; West Side Story; Cabaret; Grupo salvaje; All that jazz, 1979 de Fosse; El bueno, el feo y el malo, 1966 de Leone; Dias de vino y rosas; Con faldas y a lo loco, 1959 de Wilder; Imitación de la vida, 1959 de Sirk.
Capítulo 12: La guerra de las galaxias; El apartamento.
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